Las localizaciones de Frozen se inspiraron en lugares reales de la región de Trøndelag, en Noruega. También hay otros muchos rincones del país nórdico que sirvieron de orientación para crear aldeas, paisajes y hasta vestuarios de los personajes de la película de Disney.
¡Hasta el mítico muñeco de nieve, Olaf, debe su nombre a una localización noruega!
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Las localizaciones de Frozen están inspiradas en Noruega
El universo mágico (y congelado) de la película de animación Frozen está inspirado en localizaciones reales en Noruega. Disney envió un equipo de profesionales en busca de localizaciones en marzo de 2012.
Probablemente, la región que más se ha dejado ver en la historia final es la de Trøndelag, en el centro del país. Y muchos de los elementos de la película no serían iguales sin esa visita a Noruega.
Por ejemplo, una curiosidad que llama la atención es que los miembros del equipo de Disney tuvieron que aprender mucho sobre trajes típicos y sobre el comportamiento de los renos en Rørosrein. Esas influencias que se dejan ver en los personajes de Frozen.
Lugares de Noruega que podemos intuir en Frozen
El castillo de Elsa y Anna en Frozen está inspirado en la fortaleza Akershus de Oslo, y en la película se pueden apreciar muchos detalles de diseño de sus exteriores y su interior.
Además, la iglesia de San Olaf en Balestrand da forma a la iglesia donde se celebra la coronación. Y el adorable muñeco de nieve de la película también recibe su nombre de este lugar.
Por otra parte, la catedral de Nidaros en Trondheim sirvió de inspiración para algunos interiores en Frozen. Y muchos de los vestidos típicos que aparecen en la película reflejan la visita del equipo de Disney al Museo Norsk Folkmuseum en Oslo.
La lista podría alargarse muchísimo más, ya que la película está inspirada en muchos lugares y elementos de la cultura noruega…
El impulso de Frozen para el turismo cinematográfico en Noruega
Al igual que otras películas de animación de éxito, la película Frozen de Disney sirvió como catapulta para promocionar Noruega como destino turístico.
Sin embargo, el importante aumento en el cineturismo llegó a límites que los propios noruegos llegaron a considerar excesivos. Y es que, a veces, el turismo cinematográfico puede provocar que un destino «muera de éxito» (o casi).
Con suerte, la industria del turismo noruega sabrá aprovechar lo mejor de este inesperado boom y mantenendrá unos niveles de turismo razonables a largo plazo, cuando se disipe poco a poco la fiebre por el reino de hielo de Elsa.