La estadounidense Natalee Holloway desapareció el 30 de mayo de 2005 en Aruba. En 2009, la historia llegó al cine con una película que ni siquiera se rodó en la isla. ¿Pueden estos hechos lastrar el turismo en un territorio paradisiaco del Caribe?
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Natalee Holloway, el crimen que sacudió Aruba
La noche del 30 de mayo de 2005 desapareció Natalee Holloway, una joven estadounidense de 18 años que estaba de viaje de fin de curso en la isla con sus compañeros de clase.
El caso entró a millones de hogares de Estados Unidos gracias a la cobertura de muchas cadenas de televisión y a la lucha personal de la madre de la víctima por saber la verdad y obtener justicia.
Lo cierto es que las circunstancias de la desaparición fueron complicadas, y la familia de la víctima acusó en numerosas ocasiones a las autoridades de Aruba de proteger a los sospechosos y de no tomarse en serio la investigación.
Pasaron años hasta que se supo la verdad, pero el principal sospechoso (Joran van der Sloot) jamás sufrió consecuencias por sus actos.
Su historial criminal, sin embargo, no terminó con Natalee: en 2012 fue sentenciado a 28 años de prisión en Perú por el asesinato de Stephany Flores en Lima. Actualmente se encuentra cumpliendo condena en la capital peruana.
En el año 2009 se produjo una película de ficción basada en la desaparición de Natalee y en la lucha de su madre contra las autoridades de la isla para saber la verdad. El largometraje, dirigido por Mikael Salomon, no se rodó en Aruba, sino en Sudáfrica.
¿Puede una película dañar el turismo en Aruba?
La tragedia de Natalee dañó profundamente la imagen de Aruba como destino turístico del Caribe en esos primeros años después del suceso (especialmente en Estados Unidos).
Sin embargo, esta isla del Caribe es un destino seguro para los viajeros y a día de hoy el turismo crece de manera estable.
Según los últimos estudios realizados, el sector turístico en Aruba tiene un peso cada vez mayor en su economía, y en 2017 este parámetro se situaba en la media del resto de destinos turísticos del Caribe.
En cualquier caso, una búsqueda inicial en Internet con los términos «cine» y «Aruba» arroja únicamente resultados relacionados con el caso de Natalee Holloway y la película que lleva su nombre.
De manera directa, este largometraje no daña la imagen de la isla, pero deja un nicho por explotar y mejorar para atraer turismo de calidad a Aruba: el cineturismo.
La opinión de los expertos
«Determinados lugares pueden ver alterada su imagen debido a los medios de comunicación en general y el cine en particular. Como es el caso de dos exitosas películas, de mediados de los setenta, como El coloso en llamas o Tiburón. La primera de ellas produjo una reducción considerable de las reservas en hoteles situados en rascacielos. Y la segunda, por su lado, ocasionó que el turismo litoral en el Caribe se redujera también considerablemente».
(Jaume Palau, autor de Licencia para viajar y De vacaciones por los 7 reinos)
«Si la Historia real de Natalee Holloway tuviese un final feliz, y se hiciese una película sobre esa historia con final feliz, la película ofrecería mejor publicidad para la isla como destino turístico. Pero en el caso real, al mostrar una historia trágica, dependerá de la cordura de las personas entender quién es el malo de la vida real en la Isla.
Aunque la historia de la película se base en una historia trágica, se le ofrece al espectador conocer un nuevo destino que tal vez no conocía y le puede dar pie a buscar más información como destino turístico. Desde mi punto de vista, una película no daña un destino turístico«.
(Alejandro Pacios, productor y realizador audiovisual. Productor de Regresa el CEPA.
«Solo pondría hincapié en dos cosas: el asesino no era nativo de la isla; y desde el punto de vista del efecto de las películas sobre la popularidad de un destino, hay que comentar que dos de las películas más famosas rodadas en Venecia (Death in Venice y Don’t Look Now) tienen una ambientación nefasta pero que no han dañado en absoluto el imagen de la ciudad».
Robert Yareham, autor de Silver Screen Spain.
«Posiblemente esté dañada la imagen de la isla. La clave estaría en analizar si ha descendido el número de turistas. En ese caso, convendría contraatacar. Lejos de borrar los presuntos hechos que allí sucedieron, estaría bien que hubiera una placa dedicada a Natalee; quizás un concurso audiovisual que llevase su nombre (con la dotación que pudiesen aportar las autoridades de Aruba), y la elaboración de un documental que narrase los hechos y que contase con la participación de los isleños para integrarles más en el proyecto y obtener su visión de lo ocurrido.
Hay lugares como Salem (y sus brujas), el lago Ness… que parten con desventaja por el «malditismo», pero con habilidad, información y creatividad se da la vuelta al fenómeno y se convierten en turísticos».
(Sonia Sánchez, autora del blog Pasajes de cine)
«Un turismo basado en la cinematografía debe ser rico, diverso y plural, ampliar el abanico y compensar los posibles efectos negativos de este film, con imágenes, fotogramas y proyectos rodados de otra índole y temática en la propia isla, que simulen la isla o que hayan sido inspirados en la isla de Aruba. ¿Alguien debería dejar de ir a Nueva York porque existen decenas de películas basadas en hechos reales sobre bandas, secuestros, asesinatos y ese lado tan oscuro del crimen?
Si desde la Isla de Aruba se enfoca el cineturismo de una forma transversal, en positivo (y, sobre todo, con expectativas de futuro), lejos de perjudicar, podrá diversificar el atractivo de esta zona a través de una oferta de ocio cultural y de alto valor para el turista. Yo, personalmente, y habiendo visto la película a la que se hace referencia, iría sin dudarlo. Es más: en la estancia se me ocurrirían media docena de guiones que se podrían llevar a cabo en tan magnífico lugar.
(Darío Villagrasa, director del Certamen de Cortometrajes de Bujaraloz 2008-2015, autor del libro Monegros, tierra de cine y diputado portavoz de Cultura en las Cortes de Aragón).
Un caso real: la maldición «de cine» de Eslovaquia
La película de terror Hostel, estrenada en 2005, es uno de los ejemplos más significativos de «desastre turístico» provocado por el cine.
La historia nos presenta a tres jóvenes mochileros que viajan a un albergue turístico o hostel en Eslovaquia y acaban torturados y viviendo una auténtica pesadilla.
El film se convirtió en un éxito de taquilla en Estados Unidos, pero causó indignación en Eslovaquia. El Ministerio de Cultura del país recibió numerosas quejas de ciudadanos que consideraban que la película era un insulto a su cultura y que mostraba un territorio lleno de pobreza y corrupción.
Lo verdaderamente llamativo es que la película no se rodó en Eslovaquia, sino en República Checa y Alemania. Esto significa que Eslovaquia se llevó la peor parte: no recibió ningún beneficio económico por acoger un rodaje en su territorio, y a cambio se convirtió en víctima de estereotipos y sufrió las consecuencias del miedo que provocó la película.
En ese momento, Bratislava luchaba por convertirse en un destino turístico alternativo para «mochileros» que recorrían Europa, y resultaba difícil competir contra ciudades cercanas como Budapest o Viena. La película fue un duro golpe asestado directamente a una industria turística que acababa de nacer.
Conclusiones: Retos y oportunidades para Aruba y el cineturismo
A corto plazo, una película puede dañar (y mucho) un destino turístico, aunque ni siquiera se haya rodado allí. Sin embargo, a largo plazo hay muchas opciones para contraatacar y explotar el territorio para rodajes y turismo cultural.
180 kilómetros cuadrados de superficie, playas paradisiacas y no masificadas, un clima maravilloso y aguas templadas para bañarse sin pasar frío… Aruba es un territorio fascinante con una amplia oferta turística para el visitante extranjero.
¿Por qué no aprovechar ese territorio también para rodar películas y series? Las autoridades de Aruba podrían encontrar en el turismo cinematográfico un filón muy interesante para explorar, que les permitiría generar ingresos tanto con los rodajes como con la llegada de cineturistas.
Y, por supuesto, las películas sobre Aruba se rodarían en Aruba, y no en Sudáfrica.
Tráiler de la película
[Este artículo ha sido redactado con el objetivo de participar en el Aruba Press Award 2018]