La estación de trenes de Cuenca tiene un papel fundamental en la historia de Calle Mayor (Juan Antonio Bardem, 1956).
Se convierte en escenario simbólico que separa la prometedora vida en la capital con la cruel realidad de la ciudad provinciana, donde reinan los rumores y los juicios despectivos.
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La estación de Cuenca como vía de escape en Calle Mayor
Parece que el destino de Isabel en la película Calle Mayor es sufrir humillaciones del resto de habitantes de su ciudad. La mujer, ya tachada de «solterona» se enfrenta a las burlas y al desprecio en un ambiente tóxico con pocas posibilidades de escapatoria.
La peor humillación llega cuando Juan y sus amigos ponen en marcha un plan cruel por el que el primero se compromete a cotejarla y a pedirle matrimonio, para después demostrar que todo ha sido una broma.
La mujer, poco a poco, se va enamorando de Juan, y cuando descubre la naturaleza del engaño ya es demasiado tarde para curar su honor, su orgullo y su corazón roto. Se trata de una humillación más que deberá afrontar en su ciudad.
La única vía de escape es un tren a Madrid, lejos del asfixiante ambiente de su ciudad, y que sale de la estación llevando a Federico, uno de los amigos de Juan. Pero Isabel rechaza la oferta de escapar y decide quedarse en su lugar de origen, a pesar de todo.
Localizaciones de Calle Mayor en Cuenca: el valor de la estación
Una parte muy importante de las escenas de Calle Mayor se rodó en la ciudad de Cuenca. Sin embargo, la película de Bardem no menciona en ningún momento una ciudad concreta.
Los personajes viven en una ciudad de provincia, sin especificar dónde, porque esos rincones podrían corresponder a cualquier localidad pequeña del territorio español en los años 50.
En los distintos planos, el director consigue convertir las calles en un escenario asfixiante, casi tétrico, que genera en el espectador desasosiego y preocupación por Isabel.
La estación de esta ciudad se convierte en la única vía de escape posible y en un vínculo que representa a Federico. Este personaje, llegado de la ciudad en un tren en el comienzo de la película, será quien reúna el valor suficiente para explicar toda la verdad de la falsa trama amorosa a Isabel, al final de la cinta.
Y será Federico, en la misma estación de tren, quien proponga a Isabel huir hacia un futuro mejor, en el anonimato de la capital.
La ciudad de provincias y sus calles son siempre protagonistas: el espacio es un elemento más en la presión sobre Isabel, que decide quedarse y regresa a casa. Ya en su hogar, se queda mirando por la ventana mientras la lluvia cae sobre las calles que tendrá que recorrer mil veces más.
Calle Mayor es, sin duda, una obra maestra del cine español. Y, sobre todo, es una obra maestra en cuanto a la representación del espacio narrativo, en el que la ciudad de Cuenca tiene un protagonismo indiscutible.