La serie italiana Gomorra, inspirada en el libro homónimo del periodista Roberto Saviano, ha tenido mucho éxito en Italia y ha llegado recientemente a España. Sin embargo, también ha suscitado grandes polémicas y ha abierto un debate público sobre cuestiones éticas y morales en la selección de localizaciones para cine y televisión.
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¿Cineturismo o teleturismo?
Aunque los términos «cineturismo» o «turismo cinematográfico» se suelen emplear para hacer referencia a todo tipo de actividades turísticas vinculadas a las producciones audiovisuales (ya sean cinematográficas o televisivas), ya hay voces académias que defienden la distinción entre «cineturismo» y «teleturismo» (cfr. A. Rocco en Cineturismo, Cinema & Video International, citado por Luca FILIPPI en Cineturismo e marketing territoriale – Un film è sempre l’inizio di un viaggio…, 2012).
En el caso de la serie Gomorra al igual que en otros fenómenos turísticos asociados a series y programas de televisión, se abre la posibilidad de utilizar el término «teleturismo» para una mayor precisión.
Gomorra y la mafia en Campania
En la región italiana de Campania (cuya capital es Nápoles) actúan numerosos clanes de la mafia conocida como «camorra», y Roberto Saviano decidió realizar un trabajo periodístico de investigación y denuncia de todas estas actividades que tanto perjudican al territorio.
En su momento, el libro generó gran polémica en la región, ya que muchos consideraron que una publicación de este tipo contribuye a generar una imagen negativa de la Campania entre las personas de fuera, lo que supone graves consecuencias para el turismo.
En el otro lado de la ecuación, sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata del trabajo de investigación de un periodista que decide trabajar para denunciar una realidad social. Es cierto que dar a conocer una situación así perjudica al territorio, pero el verdadero problema es la mafia en sí y no quien la denuncia…
Dilemas morales con las localizaciones de la serie
Si ya el libro «metía el dedo en la llaga», la película –estrenada en 2008– reavivó la polémica. La denuncia sobre la camorra campana ha llegado a miles de personas en todo el mundo, y es difícil compensar la imagen negativa de Nápoles (y alrededores) que se ha instalado en el imaginario colectivo.
Por si fuera poco, en este año 2014 ha visto la luz también una serie televisiva inspirada en la obra de Saviano y que no ha dejado a nadie indiferente: llama mucho la atención la frialdad y la crueldad en los actos de violencia que se muestran, y el espectador queda tan absorbido por la narración que a veces resulta complicado asimilar que las imágenes son ficción y no realidad (aunque estén basadas en ella).
Ahora bien: los productores de la serie corren el peligro de perder gran parte de la credibilidad, ya que todo apunta a que la casa del boss de la serie existe en realidad y pertenece a un boss de la camorra auténtica de Torre Annunziata. Según se cree, para la realización de la serie se ha alquilado dicha propiedad mediante contratos que han llenado aún más los bolsillos de un importante representante de la mafia campana.
Los miembros del equipo de producción han asegurado que en el momento de la firma no tenían conocimiento de la condición del propietario, y que el descubrimiento llegó más tarde cuando el boss fue arrestado, por lo que fue necesario pedir permiso a las autoridades para continuar con las grabaciones en la casa.
Si se demuestra que, efectivamente, en el momento de la firma del contrato de alquiler los productores sabían con quién estaban tratando, se reavivará aún más el debate moral sobre la selección de localizaciones: ¿por qué pagar a un boss de la camorra por alquilar una casa que podría recrearse en estudio? ¿Por qué recurrir a localizaciones «dudosas» y arriesgar para un proyecto que se propone precisamente denunciar el mundo de la mafia?
Actualmente en Italia se sigue investigando sobre esta cuestión y todavía no es fácil sacar conclusiones sobre los hechos. Sin embargo, el daño ya está hecho, y se ha puesto a prueba la credibilidad de todo un equipo (incluido el propio Saviano). Pero todo está por ver…