Con este artículo se inaugura una nueva sección en el blog de Cineturismo.es: la de libros de turismo cinematográfico. Y comenzamos con Todo sobre mi Madrid, del autor Pedro Sánchez Castrejón. La obra propone redescubrir Madrid a través de los ojos de Almodóvar y de sus películas, desde la primera hasta Julieta.
Tabla de contenidos
Todo sobre mi Madrid: el Madrid de Almodóvar
En su libro Todo sobre mi Madrid, el autor Pedro Sánchez Castrejón analiza las principales localizaciones de las películas de Almodóvar, tanto en Madrid como en otras localidades cercanas (como Toledo).
Los largometrajes están ordenados cronológicamente, desde Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón hasta Julieta (2016). Y en el apartado final se incluye una propuesta de ruta de turismo cinematográfico por Madrid.
El libro está lleno de fotografías y de curiosidades. Lo que realmente se valora del trabajo de Sánchez Castrejón es, precisamente, el análisis histórico de las localizaciones. En Todo sobre mi Madrid no nos desplazamos solo de un edificio a otro, como en fotogramas, sino que aprendemos la historia de esos edificios, anécdotas de los rodajes, datos sobre la evolución de los barrios de Madrid…
La obra ha sido editada por La Librería en 2017, y se merece toda tu atención si quieres hacer turismo cinematográfico en Madrid.
Entrevista al autor, Pedro Sánchez Castrejón
Pregunta: Se ha hablado mucho de la gran pasión de Almodóvar por el color rojo, pero en sus películas ningún color es fruto de la casualidad. ¿Cómo dirías que influyen los colores de las localizaciones elegidas para las principales escenas de sus películas?
Respuesta: Para Almodóvar la relación con el color es, en sus propias palabras, intensa, prácticamente una relación amorosa. Él está muy influenciado por todo el arte pop de los años 60, y por las primeras películas Technicolor, que tenían colores muy brillantes y que él siempre ha querido recuperar.
Él se acerca a los colores sin timidez y por ello el rojo ha sido una constante en su carrera. Esto influye enormemente en sus localizaciones, donde vemos que también se inundan de rojo: el gigantesco cartel de Un tranvía llamado deseo en el teatro Bellas Artes de Todo sobre mi madre, los teléfonos de las cabinas de Mujeres al borde de un ataque de nervios, el logotipo de la academia de baile de Hable con ella, el telón del teatro Lara con el que termina Todo sobre mi madre y comienza Hable con ella, el escenario del Villa Rosa en Tacones Lejanos o la tipografía ardiente con la que Pedro rotula los títulos de crédito iniciales sobre la Puerta de Alcalá en Carne trémula.
Y, muchas veces, sus localizaciones son el fondo perfecto para que sean sus personajes los que, vestidos de carmesí, destaquen: ocurre por ejemplo con la icónica escena de La ley del deseo en el que el personaje de Carmen Maura grita ¡Riégueme!, embutida en un vestido rojo capuchino frente al Cuartel del Conde Duque, o en la escena en la que el personaje de Marisa Paredes, con abrigo, bolso y zapatos rojos, da calabazas a Juan Echanove en una desértica plaza Mayor en La flor de mi secreto.
P.: Uno de los detalles más interesantes de tu libro es que has decidido ir más allá de un simple recorrido de las localizaciones: hablas de la historia de los edificios y de cómo esa historia influye en el valor simbólico dentro de la película. ¿Qué te motivó a escribir sobre los escenarios antes, durante y después de los rodajes?
R.: Mi libro tiene un fin divulgativo y reivindicativo. Divulgativo, porque quiero mostrar a los madrileños y a los visitantes de la capital la historia oculta que se esconde tanto detrás de nuestras calles y sus monumentos, como de las escenas del cine de Pedro. Reivindicativo, porque con ello quiero poner en valor tanto las joyas de la ciudad como del cine de Almodóvar; el gran patrimonio artístico y cinematográfico que poseemos y del que, tristemente, a veces no nos damos cuenta que tenemos.
P.: Si tuvieras que quedarte con una sola de las localizaciones de Almodóvar y elegirla como tu favorita, ¿cuál sería? ¿Qué te inspira visitar ese lugar?
R.: Mi localización favorita del libro es el teatro Lara, donde, como te he comentado, Pedro utiliza su telón para terminar Todo sobre mi madre y comenzar Hable con ella. También allí grabó varias escenas de La ley del deseo: es donde Tina representa La voz humana, y donde el director manchego queda tan impresionado por la actuación de Carmen Maura que escribe para ella su siguiente película, Mujeres al borde de un ataque de nervios, que se inspira en la obra de Cocteau.
El teatro Lara creo que es muy especial porque es el único de su generación -Real, Comedia, Zarzuela, María Guerrero, Español- que no está en manos públicas, sino que sigue ligado a la familia que lo construyó a través de la Fundación Lara. Además, los beneficios del teatro sirven para mantener también el colegio La Salle La Paloma, que fue fundado gracias al mecenazgo de la familia.
El Lara fue un teatro de repertorio, en el que cada semana podían representarse más de treinta obras, y curiosamente su programación actual es muy similar, ya que cada semana representan un elevado número de obras de muy diverso género.
P.: ¿Crees que las autoridades locales en Madrid y en la región dan suficiente importancia al turismo cinematográfico? ¿Cómo mejoraría el atractivo de la ciudad si este tipo de trabajos –como tu libro– se apoyaran y financiaran con presupuesto público?
R.: Creo que las autoridades sí hacen esfuerzos para atraer rodajes a la ciudad, pero sin embargo creo que no explotan suficientemente el atractivo turístico que esto posee. En mi opinión, si destinaran fondos para promocionar el turismo cinematográfico, mejoraría aún más la oferta cultural de la ciudad, y muchos locales y establecimientos que tienen una estrecha relación con el cine también se verían beneficiados.
Si las autoridades locales de Nueva York organizan tours donde descubren dónde está el apartamento de Holly Golightly en Desayuno con diamantes o la famosa rejilla de metro de la escena de Marilyn en La tentación vive arriba, ¿por qué no podemos hacer nosotros lo mismo? Pedro Almodóvar es admirado en Francia, en Estados Unidos, en Latinoamérica… y estoy seguro de que este tipo de turismo atraería no solo a turistas internacionales, sino también nacionales e incluso madrileños: conocer la ciudad a través de los ojos de Almodóvar es al fin y al cabo un viaje cultural que le recomiendo a todo el mundo.
De hecho, he colaborado con la asociación Carpetania para lanzar una ruta física del Madrid de Almodóvar basada en el libro, donde todo aquel que esté interesado podrá visitar las principales localizaciones donde ha rodado Pedro, a la vez que podrá profundizar en su trayectoria y en la propia historia de la ciudad.
P.: La piel que habito es, probablemente, una de las películas más perturbadoras de Almodóvar. ¿Crees que salir de Madrid para el rodaje (hay también localizaciones en Toledo) fue también una elección para diferenciar aún más la película del resto de las producciones?
R.: Almodóvar no rueda en Madrid de una forma autoimpuesta, sino porque siempre encuentra un Madrid donde poder enmarcar a sus variopintos personajes. En el caso de La piel que habito, Pedro necesitaba de una mansión grande y aislada para que el cirujano que interpreta Antonio Banderas pudiese hacer sus fechorías sin despertar sospechas, pero suficientemente cerca de la capital, donde se encuentran los grandes hospitales y centros de investigación donde trabaja. Es por ello que elige la Quinta de Maribel en Toledo, una finca señorial a menos de una hora de Madrid, pero no lo hace para diferenciar esta película del resto de sus producciones. Es más, en La piel que habito hay muchas localizaciones madrileñas: la Corona de Espinas, la Maternidad de O’Donell, la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, la joyería que Bulgari tenía en José Ortega y Gasset, la fiesta de carnaval del Círculo de Bellas Artes…
En las películas de Almodóvar, quien manda es el guion, y la magia que tiene Madrid es que posee una personalidad tan rica que Pedro siempre ha visto en ella el lugar perfecto donde desarrollar sus historias.